viernes, 1 de octubre de 2010

Pasión por el autostop: casi una filosofía de vida

Para quienes hayan tenido la oportunidad de hacer dedo hay un antes y un después. No hay dudas que es una experiencia única, ya que nos acerca a gente muy distinta a nosotros, que seguro difícilmente hubiésemos cruzado sino fuera por ese medio.

Es un intercambio cultural poco común, pero muy enriquecedor. No solo lo en otros países, sino también en el propio, ya que uno descubre otras realidades, otras formas de ver la cotidianeidad y hasta otro país. No se discute que es una manera de conocer mas y mejor, porque podemos estar en contacto directo con personas que tienen mucho para contarnos y decirnos y es casi como un estudio de campo, donde uno se siente un poco investigador.

Lo mas interesante es que uno no sabe con que puede encontrarse. Esta sorprendiéndose a cada instante y eso le otorga un sabor especial. Es salir un poco de la rutina y para quien esta abstraído por la vida de gran ciudad, es un giro de 180º.

A veces muchos que no han vivido esta experiencia se preguntan si no es una locura y para ellos tendremos próximamente un tema especial respondiendo a este interrogante. Pero mientras tanto pensemos cuanto nos estamos perdiendo por encerrarnos en nosotros mismos, es solo cuestión de dar el primer paso y animarse.

Lo que podemos garantizar, es que una vez que uno pasa ese umbral, difícilmente puede volver atrás. Como siempre dicen “la historia la escriben los vencedores” y no hay lugar para los cobardes.