jueves, 11 de diciembre de 2008

Rosario siempre estuvo cerca

Ultimo finde largo del año... quedarse en Bs As? Jamais! Entonces partimos en el tortumovil para Rosario.

Luego de insesantes peleas durante el dia... que salir el Viernes a la tarde, que el sábado a la mañana, que no habia nafta ni gas y no ibamos a poder salir... que teniamos reservado el hostel y maize no lo queria cambiar ni dar el brazo a torcer. Mientras yo estaba laburando y mi humor se ponía cada vez peor. Maize buscaba expendedores de nafta guiado por los consejos del pollo. Finalmente consiguieron y a eso de las 8pm estabamos partiendo a Rosario -bue en realidad dimos par de vueltas pq teniamos el rito de la maicena y mientras comprabamos par de cosas para el viaje mientras yo buscaba las hawaianas en casa-

8.30pm buscabamos como salir para la panamericana al ritmo de la música de los celus y el pollo quejandose del olor a nafta del tortumovil. Finalmente una sra asustadiza nos indico el norte jaja.

Derecho, derecho, derecho hasta la ciudad de Rosario... un pequeño problemilla cuando mordiendo la banquina Marcos tomo la salida equivocada y nos fuimos a Santiago del Estero, Cordoba y Santa Fé... retomar nos llevo un buen rato sumado a que estabamos en el medio de la nada.

Una vez que llegamos ya entraba la medianoche y teniamos que bajar las cosas al hostel. Los locos trajeron ropa como para 2 semanas cuando en realidad era un finde largo no mas...

Hay mucha tela para cortar de todo lo que vivimos y nos divertimos una vez que llegamos pero eso es un capitulo aparte... De todos modos dejo lo que Marcos me envio por email como un resumen bastante gráfico.

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mira no tengo mucho tiempo y ganas para esto del diario de viaje, pero por ser vos te voy a tirar un par de titulos que no pueden faltar:

-la fobia a los negros! fundamental
-el pollo poeta con el monumento a la bandera y a los 10 minutos alienado a un psicokiller
-acompañar a la entrerriana sin tetas a la casa
-la belleza inigualable del culo de Belen
-la cena en mendieta y mi charla por cel con la madre del mozo
-la compra de duraznos, naranjas y 1 jazmin al hombre duro que saca el pais adelante
-el asado con la vaca y el pollito
-el chileno perfecto que se enamoro del pollo dormilon (con o sin vaselina?)
-la insoportable levedad del tener tantas minas en un hostel y que todas sean huecas a excepcion de una neozelandesa que mide 1,80 y tiene estrias y solo habla ingles la cual dsps sufre un afanomostrando la triste realidad de nuestro pais frente a las peores capitales del mundo como rio.
-la vecinita.... tiene antojo...antojo de ser hueca y tener aliento a caca por la mañana
-la depresión del pollo por no ir a madamme (lugar idealizado el cual nunca conoció)
-los engaños del pollo con la dilución inequitativa del gancia
-la caminata de 1233 cuadras por rosario la cual inspiró al poesta que todo pollo leva dentro, a los negros a mostrarse por rosario, y a la discriminación nocturna sin igual de la ciudad con mejores piernas de la argentina.

Un abrazo y espero te sirva,
FELIZ NAVIDAD (marcos)


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La ciudad, cemento, asfalto, calor, poco verde, el talante triste de las personas, caminar rápido, la rutina… escapemos. “El próximo finde es largo, vieja”, me dijo alguien, nunca que se conmemora. Viernes 5 de Diciembre, no hay paro de estaciones de servicio que nos detenga. Destino: Rosario. No es capital, tiene playas o algo parecido, y su mayor atractivo turístico: “Las minas más lindas del país”.El primer gran personaje de este viaje, por momentos odisea, es conocido como "Tincho", el aquaman del subdesarrollo; hiperactivo, de humor alegre, delirante. Ya otros finde en La Plata-Punta Lara era la credencial para saber que valía la pena su compañía. Por último, en orden de confianza pero no de locura, Marcos, mentor de frases como: “¡tengo unas ganas de ser feliz!”; "Ésta es la vida, ¿Te das cuenta?" y “¿vas a seguir comiendo ese pollo? ¡Es la cuarta vez!"; el viejo del grupo, ingeniero industrial con vocación por la sociología (todavía no la descubriste, ya vas a ver), la voz de la responsabilidad y los valores.
Una descripción detallada sería injusta y mal lograda por mi parte, tengan ustedes su oportunidad de conocer a mis acompañantes.


Viernes:
Inconvenientes entre los viajeros y la falta de combustible hicieron que la partida sea casi de noche, ya habiendo cambiado nuestra reserva a otro hostel. A todo lo que un Nokia 5200 dá de volumen, con la ventana del acompañante trabada arriba, tuvimos un viaje acalorado pero que se hizo corto gracias a las charlas y provisiones de galletitas, así fue la ida. Lo mejor que recuerdo ahora fue el momento de alegría del piloto cuando consiguió combustible para su vehículo, la cara desfigurada y el cuerpo asomado por la ventana: “tengo naaftaa”, “es el país éste que me enferma la cabeza”, excusas.
La llegada fue pura alegría, estacionamos el “Tortumovil” en frente del Hostel. Puerta, escalera, puerta, la misma secuencia que un putero, ¿dónde nos metimos? No, las apariencias engañan, un muy buen lugar, mejor de lo que esperábamos. Tiramos todo y salimos a patear, el cansancio y la desorientación nos dejaron en un bar. Pizza y cerveza (bueno solo yo, que tuve una cerveza de litro para cada comida), charlamos y volvimos temprano. Si yo me quejé de los lentes de contacto fue porque no había presenciado el ritual al Dios Maicena.


Sábado:
Nos levantamos temprano, desayunamos algo y salimos para las “playitas”, nos cruzó un barco que iba algo lento pero lindo viajecito al fin. Entre las maletas una medía más que yo y era made in Nueva Zelanda, el cuero un poco tajeado pero Marcos no se quejaba. Mucha playa, cerveza en la playa, RELAX y uno de los mejores momentos. Despachamos la maleta en la terminal de buses, hicimos las compras y al hostel de nuevo. A la vuelta parece que habían robado algo de la maleta, una ocasión más para sentir vergüenza propia y ajena, Tincho estaba que le chupaba un huevo, que siga el baile. A la noche el maestro Cheff Tincho cocinó pollo (“tenés más hambre que el chavo del ocho” me decía) y algunas cosas más para acompañarlo, mi amor por el pollo llevó a un apodo nuevo. La noche, buen… en primer lugar Martín en su pedo mental dijo no voy a llevar el DNI porque en unos días voy pal norte y si lo pierdo (3 obsesivos juntos asustan)… así fue que dimos vueltas por todos lados, caminamos por calles oscuras y a la par de borrachos, no pasó nada, hasta terminar como a las 6 am en el mismo lugar donde habíamos salido. La noche no fue solo el intento de pepe-pepe-pepe, tuvimos unas charlas freaks mientras contemplábamos de noche el monumento a la bandera.




Todo esto mientras yo intentaba explicar el resentimiento, frustración e ignorancia de unos patovicas - igual Martín DNI a todos lados es sencillo-. Charlamos de la vida, vimos gente rara, más rara que nosotros, fue divertido aunque no salió como lo planeado y aunque estuve enculado buen rato. Ante la duda miren no soy el único que se ve inspirado en el monumento jaja



Lo que no entiendo es como la chica del hostel se creyó que yo tenía fanatismo por los monumentos nacionales (esa fue una constante, charlas bizarras de Marcos y Martín con todos los personajes que salían a escena, yo intentaba guardar la seriedad), encima escuchó mal lo que le dije a Marcos y se puso histérica, jodete por imbécil y chusma. Punto aparte para muchas chicas del hotel que estaban 2 horas arreglándose y compitiendo como hienas para a la vuelta contar que no conocieron a nadie interesante y que hicieron todas las noches las mismas salidas nocturnas que se hace en cualquier ciudad grande. Alguna se mereció el “tiene más puestas de espalda que Karadajian”, que es más fino que “tiene más pijazos que molinete de subte”, pero da la misma idea. Se resume en pocas palabras: La pose. Tanto que nos critican a los porteños solo por nacer en capital, como si algo orgánico nos contagiara y nos volviera soberbios en pose, como si fueramos de otro país… y puedo decir que lo más triste que me dejó Rosario es haber visto a tanta gente en pose, hasta en pose de hacerse el sencillo. Es un mal moderno, en todos lados.
A la noche Gancia, a la mañana la panza no estaba del todo bien.


Domingo:
Nos levantamos tarde. Yo, el pollo, como a partir de hoy y solo hasta el lunes –espero- me conocieron porque resulta que a algunos el pollo les sirve hasta para el desayuno, tuve que ponerle un poco de pilas para no quedarnos. ¡La carne para el asadito!, bue… para esa hora no había mucho, se compró lo que pudimos, pidiendo orientaciones y en cada cuadra un “no soy de acá”, para eso me quedaba en casa mierda. Una conversación entre Martín y un ciego nativo, al que ayudó a cruzar, que fue muy interesante. Los forros de enfrente del hostel no quisieron darme un cajón de madera, y no hubo problemas porque por suerte queda gente humilde y copada, que con una sonrisa me dieron un cajón: “¿Para el asado?”. Transpirando como chancho en celo o como Marcos manejando a la vuelta en el Tortumovil, avivé el fuego a la vez que Martín se hacía cargo del asado y Marcos nos traía más gente y carne para el asadito, una comida distinta, valió la pena. Se hizo tarde y después de cruzar media ciudad fuimos a la famosa fluvial. Dejamos el auto, de contra mano porque nuestro piloto y líder moral andaba medio cruzado, y aunque no hacía falta cuidarlo un duende mágico con humo en la cabeza se ofreció a cuidarlo, sin embargo no estuvo para la vuelta, así que ya saben no confíen sus pertenencias a duendes humeantes. Volviendo al asunto, fuimos a la ya mencionada fluvial, a la parte “popular”, la paga era lejos y ya no había tiempo ni ganas. Marcos se camufló entre los cabezas sin queja alguna, y se tiró en el barrito con total convencimiento de que eran las arenas del Hawai. Mientras se hacía tarde no faltó una que otra queja respecto a que quería hacer cada uno. El helado que comí en frente con Tincho, mientras esperábamos a que Marcos se despida de la gente amiga, fue orgásmico o quizás yo estaba muy libidinoso jaja.
A la vuelta nos bañamos y salimos de vuelta para la zona de la fluvial, a “Mendieta”, si no probaba el Carlito no podía volver a casa. Al estacionar el Tortu, Tincho se encariñó con el nene que cuidaba los autos y casi sale de noche con nosotros, por suerte mi lado paternal lo dejó a salvo en la calle, no tan a salvo OK. En el restaurant a Marcos se le dio por hablar vía celular con la madre del mozo; muy buena onda el pibe y comimos bien, algo útil tiene que dejar mi relato, así que les recomiendo el lugar.
De noche caminamos por los bares aledaños, en mi memoria no aparecen nombres pero si un suceso gracioso, memorable. Resulta que terminamos en un bar de ahí, muy tranquilo. Nos sentamos en el segundo piso en una barra, los tres del mismo lado. Marcos mira, sacado: “nos están mirando”. Yo: paranoico del orto. Martín: mmm. Al rato: “nos miran, mirá se rien”. Yo: te juro que recién los vi y nada”. Martín: Sí, miraron. Marcos levanta la mano se levanta un poco de la silla sacado: “¿Te pasa algo?”, los bananas no dan respuesta. Tomamos algo, mientras los 4 o 5 bananas, no se cuántos eran, tipos grandes de 30 largos se encaraban a la moza que tenía cara de Heidi, todos buitreando sacaron el celular a la par, se nota que sus años les enseñaron a poner incomoda a una mujer. Rato más tarde se retiran y uno se acerca a darnos la mano, dijo que nos conocía. Marcos, con vos siempre en contra de mí, me dice le voy a preguntar a la moza de que charlaban cuando nos miraron mientras le pedían algo. No fue una sorpresa ya conociéndolo, que traiga a la moza a le mesa, y ella nos dice entre otras cosas: “estaban mirando porque les llamó la atención que estén los tres sentados del mismo lado. Y yo les dije que seguro era para mirar a la calle porque del otro lado hay una pared y parejas, ¿qué van a mirar” Yo le creo, se que mis amigos no, pero le creo, a los 18 años no puede ensayar una mentira tan prolija. Le agradecimos y le comentamos nuestro plan de hacer un show de “stand up comedy”, con mucho del material del finde en Rosario; “¿Estudian teatro y esas cosas no?” preguntó con total seguridad la rubiecita, “No, ingeniero industrial, politólogo, estudiante de psicología”, pero somos tres personajes” dije, e insistió Marcos:”¿seguro que no era un productor que nos quería contratar? ¿No te dejó alguna tarjeta?. Buena onda la moza aunque uno de mis amigos se pasó en buitre jaja.


Lunes:
Nos levantamos de buen humor y temprano, no esperaba tanto entusiasmo. Un último desayuno y chau hostel, a la ruta mis valientes. Con un calor de la gran puta, como quién dice, tuvimos un viaje con dos paradas, a comprar comida y agua primero y luego, a comprar naranjas, duraznos y una plantita. La primera parada no deja mucho, en un AM-PM, me salteo la parte de la crítica al capitalismo y se la dejo al politólogo Martín, este sí tiene el título.; la segunda parada en San Miguel fue para que Marcos le cuente, nos cuente, de su vida a un tipo laburador de la zona con las manos curtidas y pinta de buenazo, y para conseguir naranjas y duraznos, no sea cosa que el flaco del peaje se quede sin uno o dos duraznitos que le alegren el día (así de grande es el corazón de nuestro Tincho). Marcos nos dejó en la casa de Martín y salió rajando a asumir compromisos familiares, la alegría como una huella del finde en su cara, más grande que el cansancio.


La memoria falla así que más que relatos dejo impresiones del muy buen viaje que hicimos, que necesitábamos, buena compañía como siempre. Lo que no pudimos hacer y lo que hicimos y no esperaba, todo eso terminó muy bien. Dentro de poco un gran reencuentro


Un abrazo muy grande y hasta la próxima dentro de muy poquito.


Seba, el pollo.